Vivir en Galicia es vivir rodeada de verde, de monte, árboles, montañas, musgo, helechos y en general de mucha humedad. Cosas que por cierto ME ENCANTAN, por que a mi me encanta Galicia y sus paisajes. Pero claro, esto lo conseguimos, como es lógico, a base de lluvia, MUCHA LLUVIA.
Direis que aquí en el norte estamos acostumbrados, que hasta nos gusta, y no digo que no tengías en parte razón. Pero todo, en exceso, cansa. Y aquí cuando le da por llover….es que NO PARA!!
Direis que aquí en el norte estamos acostumbrados, que hasta nos gusta, y no digo que no tengías en parte razón. Pero todo, en exceso, cansa. Y aquí cuando le da por llover….es que NO PARA!!
Pero forma parte de lo que somos, así que a nuestra querida lluvia, que tan bonitos paisajes nos da, le dedico hoy estos cupcakes.
Por cierto, me E N C A N T A mi nuevo stand de tartas en azul. Estoy ya un poco cansada de los blancos.
Mi próxima adquisión será en rosa. Pero me está costando encontrar el stand de mis sueños en ese color. Sé cual quiero, pero no lo venden en la tienda de la esquina que digamos.
Pero tarde o temprano me haré con el. El que la sigue la consigue, ¿verdad?.
Mi próxima adquisión será en rosa. Pero me está costando encontrar el stand de mis sueños en ese color. Sé cual quiero, pero no lo venden en la tienda de la esquina que digamos.
Pero tarde o temprano me haré con el. El que la sigue la consigue, ¿verdad?.
Las nubes las hice con fondant, con un pequeño cortador que tengo en esta forma. Las dejé con un buen grosor para poder introducir un palillo y convertilas en toppers. Además les añadí mucha purpurina blanca.
No sabéis el uso que le estoy dando últimamente a esta purpurina, y eso que durante mucho tiempo la he tenido apartada en un cajón sin saber que hacer con ella.
Pero estas navidades empecé a animarme a usarla, y desde entonces ya he gastado casi un botecito y he encargado el siguiente.
Con estos cupcakes aproveché para probar un nueva receta de vainilla, aunque en realidad es una adaptación, y creo que mejora de mi rectea favorita de bizcocho.
Ya se que siempre estoy usando esta receta, pero de verdad que he probado otras muchas y ninguna la ha superado en sabor, textura, esponjosidad y ligereza.
El único problema que tenía es que, al poner las mismas cantidades que en el bizcocho, me salía demasiada masa para 12 cupcakes. Con estas cantidades salieron 12 cupcakes perfectos e iguales.
Ya se que siempre estoy usando esta receta, pero de verdad que he probado otras muchas y ninguna la ha superado en sabor, textura, esponjosidad y ligereza.
El único problema que tenía es que, al poner las mismas cantidades que en el bizcocho, me salía demasiada masa para 12 cupcakes. Con estas cantidades salieron 12 cupcakes perfectos e iguales.
Ingredientes para 12 cupcakes
- 200 ml de nata para montar
- 2 huevos
- 1/2 sobre de levadura
- 1 cucharadita o dos de sabor vainilla.
- 150 gr de azúcar
- 200 gr de harina
- 12 bombones de chocolate blanco.
Preparación
Batimos la nata con el azúcar, las yemas y el aroma de vainilla hasta que este cremoso. La vainilla que suelo usar es la que puedes encontrar casi en cualquier supermercado. Es el típico que hay en la zona de repostería: pequeñito, bote de cristal transparente, tapa roja y que vale 1,50 euros.
A continuación añadimos la harina y la levadura tamizada y mezclamos bien.
Ahora viene el punto clave de la receta, añadir , poco a poco, las claras de huevo bien montadas a punto de nieve, con movimientos suaves y envolventes.
Finalmente vertemos la mezcla en las cápsulas y metenos un bombón de chocolate en cada una de ellas.
Hornea durante 20 minutos aproximadamente a 180ºC.
Batimos la nata con el azúcar, las yemas y el aroma de vainilla hasta que este cremoso. La vainilla que suelo usar es la que puedes encontrar casi en cualquier supermercado. Es el típico que hay en la zona de repostería: pequeñito, bote de cristal transparente, tapa roja y que vale 1,50 euros.
A continuación añadimos la harina y la levadura tamizada y mezclamos bien.
Ahora viene el punto clave de la receta, añadir , poco a poco, las claras de huevo bien montadas a punto de nieve, con movimientos suaves y envolventes.
Finalmente vertemos la mezcla en las cápsulas y metenos un bombón de chocolate en cada una de ellas.
Hornea durante 20 minutos aproximadamente a 180ºC.
Ya sabes, cuando el tiempo de horneado finalice, saca los cupcakes del horno, déjalos unos minutos en el molde , y luego enfríalos por completo en una rejilla.
Para el buttercream usé la misma receta que en estos cupcakes rallados con nubes. De todas formas os vuelvo a dejar la receta y todos los pasos a seguir.
Buttercream de chocolate blanco para 12 cupcakes
- 100 gr de mantequilla sin sal
- 250 grde azúcar glas
- 150 grde chocolate blanco (yo uso el de la marca Nestlé especial para repostería)
Preparación
Primero derrite el chocolate blanco en el microondas o al baño maría. ¡Cuidado con el chocolate, se quema muy fácilmente en el microondas! Lo mejor es que lo calientes poco a poco, casi por segundos. Estará listo cuando lo veas pastoso más que líquido. Es importante que lo dejes templar un poco antes de usarlo, o la mantequilla puede derretirse y entonces ya la hemos liado!
A parte bate la mantequilla reblandecida a temperatura ambiente y a continuación el azúcar glas tamizado. El secreto de un buen buttercream es que la mantequilla esté bien batida. Para eso hay que empezar a velocidad baja y terminar con una velocidad media alta. Pasados unos 5 minutos aproximadamente ya puedes poner el chocolate blanco. Vuelve a batir otros minutos más y pon el colorante que quieras, o ninguno. En este caso usé el Baby Blue de Sugarflair.
A parte bate la mantequilla reblandecida a temperatura ambiente y a continuación el azúcar glas tamizado. El secreto de un buen buttercream es que la mantequilla esté bien batida. Para eso hay que empezar a velocidad baja y terminar con una velocidad media alta. Pasados unos 5 minutos aproximadamente ya puedes poner el chocolate blanco. Vuelve a batir otros minutos más y pon el colorante que quieras, o ninguno. En este caso usé el Baby Blue de Sugarflair.
Recién horneados, aun un poco calentitos por dentro, estaban de muerte, porque el bombón aun estaba muy blandito y se deshacía en la boca.
Esto de probar nuevas recetas y descubrir nuevos sabores es un vicio.
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