Bombones de Roselén: sabores untuosos y directos.

Bombones de Roselén: sabores untuosos y directos.

Otra bombonera excelente –llegamos por sugerencia de la misma Giova, y confiamos ampliamente en su criterio– esRoselen. Si bien sus barras de degustación son una muy buena idea para difundir la cultura del chocolate, preferimos su trabajo con los bombones. Al igual que en el caso de Xocolatl, crujen en la boca, sus rellenos la inundan a plenitud, y si de algo pecan –ojo: se les perdona– es de que a veces se excedan un poco en su potencia. Algo más rústicos y directos –y por lo mismo, más fáciles de entender para el no iniciado–, revelan al primer bocado toda su expresión. Utilizan 100% cacao peruano y cada bombon es pintado a mano. ¿Recomendaciones? El de cardamomo y café cuzqueño, el de queso azul, higos y nueces, y el de bananas flambeadas al ron con canela y vainilla. Atención al de lychee y flores de geranio: es espectacular.

Tabletas de Amazona: lo mejor de la feria para el amante del cacao.

Pero si más allá del chocolate usted lo que ama es el cacao, busque el puesto deAmazona, que vende en empaques que contienen dos barras, una de cacao al 70% y otra al 55%, muestras de cuatro interesantes zonas cacaoteras: Juanjuí (bajo el nombre Gran Pajaten), Lamas (como Valle del Chanka), Tingo María (con el nombre Q’ulto) y Tocache (como El Shunté). En todos los casos se trata de cacao procedente del intenso trabajo de cooperativas que han aprendido bien los secretos de su tostado y fermentación, y en la mayor parte de los casos, de zonas en las que antes pululaba el cultivo de hoja de coca. Las barras tienen suficiente expresividad tanto en boca como en naríz como para distinguirse –en esos porcentajes no cabría esperarlo de otro modo– y con el atractivo adicional de que muestran un claro sentido de lugar. Como debe de ser, crujen al trozarse y se disuelven lentamente en el paladar revelando de a pocos sus untuosos misterios. Buen provecho.